Templo del Cielo
Para muchos turistas, tienen un placer de visitar el Templo del Cielo. Tian Tan, un monumento histórico de Beijing, es un lugar impresionante por su magnificencia y su singular belleza. Está situado al sur del Palacio Imperial, y es el más importante entre los templos de la tierra, del sol, de la luna. Cubre una superficie de 273 hectáreas, casi cuatro veces de la Ciudad Prohibida. Como está situado dentro del área urbana, con superficie completamente poblada del árboles y césped, es un pulmón verde de Beijing. Allí se puede ver a mucha gente practicando deportes y otras actividades recreativas.
El Templo del Cielo era el lugar donde se rendía culto al cielo, aunque originalmente, también se rendía culto allí a la tierra. Más tarde, cuando se construyeron otros templos para albergar a las deidades de la tierra, el sol y la luna, el Templo del Cielo hizo honor a su nombre: allí sólo se rendiría culto al cielo. Era el lugar donde los emperadores chinos presidían los ritos en honor del cielo, al que invocaban una buena cosecha.
En la antigüedad, China es un país misterioso. Dentro de la Gran Muralla y de los altos muros que rodean las ciudades, palacios, mansiones y patios, practicaban los ritos religiosos según sus creencias, y se desarrollaba la vida cotidiana tanto de la corte como de la gente del pueblo. Por eso, este templo también está amurallado sin duda alguna: huy un muro interior y otro exterior. En el sur es cuadrangular y en el norte tiene la forma circular. Según los conceptos tradicionales, la tierra era cuadrada y el cielo, esférico. De allí, la doble representación simbólica en el trazado de las murallas de este templo.
El Templo del Cielo es el mayor conjunto arquitectónico antiguo del mundo para el culto al cielo. Entonces las ceremonias de culto son muy solemnes, con un nutrido cortejo, guardias de honor, banda de músicos y sacrificio de animales. Se celebraba un día señalado:el día del solsticio de invierno, para lo cual el emperador teniá que purificarse con abstenciones previas durante tres días, dos de los cuales lo hacía en el palacio y el último, dentro del templo. La ceremonia empezaba al manecer, presidida por el mismo emperador. Se trata de un ritual solemne y riguroso en el que se rendía culto, primero, a los emperadores antecesores, luego a las deidades del sol, la luna, el viento y las lluvias. Por último, se rendía homenaje al cielo, dios de los dioses. Cada una de las deidades era representada por una table en la que estaba inscrita su denominación en chino y en manchú. El emperador hacía grandes reverencias ante todas las tablas y dejaba ofrendas. Le seguían los cortesanos y los funcionarios del protocolo, al compás de la música imperial de los rituales.
A parte de los altares circulares en los que se efectuaban las ceremonias de culto, en el Templo del Cielo se encuentran otras construcciones importantes tales como la Boveda Imperial del Cielo, el Muro del Eco y el Templo de Rogativa de la Buena Cosecha. La Boveda Imperial del Cielo fue construida en 1530, para albergar las tablas de las divinidades y ancestros imperiales a los que se rendía homenaje en las ceremonias. En el centro se encuentra la tabla del Dios del Cielo. Lo más interesante en el templo es las Piedras de Triple Eco, situadas bajo la escalinata. Si uno se coloca en la primavera piedra y da una palmada, puede oír un eco. Si se coloca en la segunda piedra y hace lo mismo, puede oír dos ecos. De la misma manera, en la tercera piedra, puede oír tres ecos. Es muy maravilloso.
El Templo de Rogativa de la Buena Cosecha es la construcción más peculiar e importante de todo el templo. Aquí el emperador presidía, todos los años, las ceremonias de rogativa de la buena cosecha. La obra, que se halla asentada sobre tres plataformas circulares superpuestas, tiene una altura de 38 metros y un diámetro de casi 33 metros, en su base. Fue construida originalmente en 1420, durante el reino de Yongle, emperador de la dinastía Ming. En 1889 fue destruido por un rayo y reconstruido años más tarde, según su diseño original. Esta construcción ostenta una forma muy original ya que es coronada por un triple techo circular, cubierto con tejas vidriadas de un intenso color azul, que simboliza al cielo.
Sin duda alguna, la visita del Templo del Cielo es muy impresionado. No sólo puede apreciar una bellísima muestra de la arquitectura china, destinada a realzar la supremacía del cielo, sino también la concepción cosmológica llena de símbolos y de la cultura tradicional china.